Los editores web que he manejado siempre contaban con una interfaz gráfica (véase esta entrada sobre KompoZer), ya que no tengo formación en HTML ni en ningún otro lenguaje de programación. Resultan muy cómodos para los profanos en el arte de teclear código, aunque tengan la pega de meter mucha morralla (porque el código se escribe, aunque uno no lo vea) la cual acaba creando inconvenientes bastante irritantes. El que hoy tenemos entre manos se llama Bluefish y en un primer vistazo resulta bastante completo pero carece de ese entorno gráfico que tan fácil nos lo pone a algunos.
Como digo, los programadores y aficionados a la informática de línea dura disfrutarán con este editor, el cual está especialmente orientado al diseño de páginas web pero también nos sirve para redactar scripts. Tenemos todos los clásicos de este tipo de herramientas: marcos, tablas, listas, formularios... además de barras de herramientas HTML 5, CCS y PHP. Y para colmo tiene fama de estable y ligero.
En todo momento vemos la página de código que estamos redactando, lo cual es bueno porque controlamos lo que escribimos, a diferencia de los editores gráficos tipo Dreamweaver, pero si no tenemos ciertos conocimientos de programación web no sabremos sacarle todo el jugo a este programa. Una lástima porque pinta muy bien para ser un software gratuito, aunque seguro que mis distinguidos lectores ya saben como apañárselas con aplicaciones como esta.