Cuando a un usuario de Linux le preguntan por un software libre para CAD el primer nombre que se viene a la cabeza suele ser QCad. Como suele ocurrir, existe una versión libre y otra más completa de pago, y de la primera se derivó LibreCAD, la herramienta que ahora nos ocupa. Es una aplicación que funciona en 2D y sus parámetros están basados en el omnipresente AutoCAD, o eso es lo que te dicen.
A mí, como usuario de AutoCAD durante años, me cuesta más hacerme a la disposición de menús y barras de botones que en otras aplicaciones libres como Bricscad o DraftSight, claramente clónicas del estándar de Autodesk. No es que cueste mucho, porque el programa es bastante simple, pero ya supone un pequeño obstáculo que, entrada, no gusta. De hecho, la barra de herramientas principal, que aparece en el lateral izquierdo de la pantalla, recuerda más a MicroStation.
Profundizando más, LibreCAD contiene todo lo necesario para realizar pequeños proyectos en dos dimensiones. Se pueden crear e insertar bloques, manejarse con capas, usar polilíneas, emplear cotas y todo aquello que nos resulte propio de la delineación básica informatizada. Podemos teclear comandos por teclado para, por ejemplo, introducir coordenadas, pero apenas permite cierta personalización. Se echan de menos, además, otras características como la dualidad espacio modelo/espacio papel, las referencias externas o la asignación de atributos.
Aparte del formato propio podemos exportar nuestro ficheros a DXF, aunque los habituales de esta forma de trabajar conocemos sus pegas en el reconocimiento de entidades. Estamos, pues, ante una aplicación de muy bajo perfil pero suficiente para emprender pequeños proyectos que no requieran grandes exigencias.
Para instalar LibreCAD solo tenemos que abrir un terminal de comandos y teclear:
sudo apt-get install librecad
A mí, como usuario de AutoCAD durante años, me cuesta más hacerme a la disposición de menús y barras de botones que en otras aplicaciones libres como Bricscad o DraftSight, claramente clónicas del estándar de Autodesk. No es que cueste mucho, porque el programa es bastante simple, pero ya supone un pequeño obstáculo que, entrada, no gusta. De hecho, la barra de herramientas principal, que aparece en el lateral izquierdo de la pantalla, recuerda más a MicroStation.
Profundizando más, LibreCAD contiene todo lo necesario para realizar pequeños proyectos en dos dimensiones. Se pueden crear e insertar bloques, manejarse con capas, usar polilíneas, emplear cotas y todo aquello que nos resulte propio de la delineación básica informatizada. Podemos teclear comandos por teclado para, por ejemplo, introducir coordenadas, pero apenas permite cierta personalización. Se echan de menos, además, otras características como la dualidad espacio modelo/espacio papel, las referencias externas o la asignación de atributos.
Aparte del formato propio podemos exportar nuestro ficheros a DXF, aunque los habituales de esta forma de trabajar conocemos sus pegas en el reconocimiento de entidades. Estamos, pues, ante una aplicación de muy bajo perfil pero suficiente para emprender pequeños proyectos que no requieran grandes exigencias.
Para instalar LibreCAD solo tenemos que abrir un terminal de comandos y teclear:
sudo apt-get install librecad
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