Si buscamos un programa de CAD integral en entornos GNU/Linux, completo en 2D y con un 3D mínimamente solvente no tenemos más remedio que rendirnos a la evidencia y acudir al software de pago. Es duro para todo seguidor de la filosofía del software libre pero así están las cosas hoy día, y dentro de ese Contexto BricsCAD es uno de los productos que más lejos llega.
Estamos ante otro clónico del, aparentemente, eterno AutoCAD que, sin haber llegado tan lejos, goza de las suficientes atribuciones para estar en la cúspide de las aplicaciones de dibujo arquitectónico hechas para Linux. Mucho de lo que en su día dijimos del Ares Commander Edition es aplicable a BricsCAD. Sin embargo, encuentro aún mayor sintonía entre el referente al que siempre aludimos y el software objeto de la presente entrada.
No quiero repetir lo ya dicho para otras herramientas aquí tratadas para evitar redundancias (pueden consultar la reseña de DraftSight para tan fin) así que me contentaré con decir que para la delineación en 2D BricsCAD viene sobradamente preparado y cumple con las expectativas más exigentes. Si pensábamos que DraftfSight era completo, añadámosle además el 3D porque así obtendremos BricsCAD. En esta faceta, su retahila de herramientas cubre tanto la creación se mallas como la de sólidos, así como su edición booleana, vistas en perspectiva, iluminación y asignación de materiales. Que nadie espere resultados como el de un 3dsMAX pero ni falta que le hace porque competir a ese nivel no es ni mucho menos el objetivo de sus creadores.
También podemos crear scripts para automatizar operaciones y cargar guiones en distintos formatos entre los que se encuentra el .LSP de AutoLISP, el clásico lenguaje de programación de AutoCAD. También, por supuesto, podemos guardar nuestro trabajo en formato .DWG. En BricsCAD Platinum 13.1.14, que es el objeto de esta reseña, admite hasta la versión de AutoCAD 2010. Y no se crean que el análisis se queda aquí porque me dejo cosas en el tintero, pero con lo visto creo que es más que suficiente para hacernos un juicio más que rotundo.
Tanta diversidad y profusión quizá juegue un tanto en su contra al hacerlo más complejo de manejar, pero no es nada fuera del alcance de cualquier usuario medio de programas de CAD. Si uno está dispuesto a pasar por el aro de pagar licencias, visto lo visto hasta el momento, esta sería muy posiblemente la primera opción a manejar, precios al margen. No tienen más que descargar la versión libre por treinta días y comprobarlo.
Descargar BricsCAD.
Estamos ante otro clónico del, aparentemente, eterno AutoCAD que, sin haber llegado tan lejos, goza de las suficientes atribuciones para estar en la cúspide de las aplicaciones de dibujo arquitectónico hechas para Linux. Mucho de lo que en su día dijimos del Ares Commander Edition es aplicable a BricsCAD. Sin embargo, encuentro aún mayor sintonía entre el referente al que siempre aludimos y el software objeto de la presente entrada.
No quiero repetir lo ya dicho para otras herramientas aquí tratadas para evitar redundancias (pueden consultar la reseña de DraftSight para tan fin) así que me contentaré con decir que para la delineación en 2D BricsCAD viene sobradamente preparado y cumple con las expectativas más exigentes. Si pensábamos que DraftfSight era completo, añadámosle además el 3D porque así obtendremos BricsCAD. En esta faceta, su retahila de herramientas cubre tanto la creación se mallas como la de sólidos, así como su edición booleana, vistas en perspectiva, iluminación y asignación de materiales. Que nadie espere resultados como el de un 3dsMAX pero ni falta que le hace porque competir a ese nivel no es ni mucho menos el objetivo de sus creadores.
También podemos crear scripts para automatizar operaciones y cargar guiones en distintos formatos entre los que se encuentra el .LSP de AutoLISP, el clásico lenguaje de programación de AutoCAD. También, por supuesto, podemos guardar nuestro trabajo en formato .DWG. En BricsCAD Platinum 13.1.14, que es el objeto de esta reseña, admite hasta la versión de AutoCAD 2010. Y no se crean que el análisis se queda aquí porque me dejo cosas en el tintero, pero con lo visto creo que es más que suficiente para hacernos un juicio más que rotundo.
Tanta diversidad y profusión quizá juegue un tanto en su contra al hacerlo más complejo de manejar, pero no es nada fuera del alcance de cualquier usuario medio de programas de CAD. Si uno está dispuesto a pasar por el aro de pagar licencias, visto lo visto hasta el momento, esta sería muy posiblemente la primera opción a manejar, precios al margen. No tienen más que descargar la versión libre por treinta días y comprobarlo.
Descargar BricsCAD.
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